miércoles, 7 de septiembre de 2016

Dos Casas de Piedra Construidas con Vista al Salto Angel


Las construyó un holandés que ya adquirió nacionalidad venezolana y que lleva 20 años internado en la Gran Sabana
Ciudad Bolívar, 9.2.73 (Especial).
DOS casas de piedras argamasadas con ce­mento y arena fueron construidas con una vis­ta casi perfecta al Salto Angel que como una larga cabellera espumosa se desprende un kiló­metro de altura en línea vertical desde la plu­viosa meseta del Auyantepuy, en la Gran Saba­na.
La construyó un veterinario holandés que ya adquirió la nacionalidad venezolana y que ha cumplido más de 20 años internado en aquella zona que se ha constituido en el mayor atracti­vo turístico de Venezuela.
Rudy Truffino tiene su campamento él solo donde hospeda a turistas que previamente con­tratan excursiones hasta el Salto Angel. Realiza en tiempo de verano 12 viajes al año con no más de seis, personas y en cada uno de esos viajes fue poniendo piedra sobre piedra hasta ver hoy culminados sus esfuerzos en dos casas que conjugan con el ambiente edénico de aque­lla región selvática maravillosa donde los gran­des caudales de agua cantan todos los himnos de la naturaleza.
El propio Rudy Truffino, un hombre magro, rubio, de 47 años, nos lo contó ayer cuando en el aeropuerto de esta ciudad aguardaba la lle­gada de tres botánicos norteamericanos que le pidieron los llevara a pasar varios días sobre la Meseta del Auyantepuy para recoger mues­tras de especies botánicas, desconocidas.
Truffino ha abierto con la ayuda de dos Wai­cas varios caminos para escalar el Auyantepuy y el último que abrió lo estrenará en marzo con otro grupo de botánicos de Norteamérica. La excursión la suele cumplir en 5 ó 6 días, desde su Campamento Ucaima situado a 2 kiló­metros de la Laguna de Canaima, hasta el Sal­to Angel. Cobra 1.500 bolívares por cada perso­na de un grupo no mayor de seis y más si el grupo es inferior.
Charles Baughan, un piloto muerto hace 18 años en un accidente aéreo ocurrido cerca de Higuerote, dio a conocer al mundo esta bella región de Ucaima, donde ahora se halla instalado Truffino como un gran señor de la selva. El era amigo de Baughan y heredó con entusias­mo sus predios que ahora domina y regenta para disfrute del que busca emociones en esta parte de la naturaleza.
En su Campamento de Ucaima vive feliz con Gertrudis, una austríaca orfebre, de 36 años, que vino como turista hace 14 años y se ena­moró de Rudy junto con quien ha procreado tres indias rubias bautizadas en la Misión de Kamarata.

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